¿A que no sabes qué es un escritor navegante?

¡Por supuesto que no lo sabes!. Porque si lo supieras me supondría que tienes tremendos poderes telepáticos para leer mi mente, dado que el escritor navegante forma parte del instrumental conceptual que voy creando y aportando en este blog inédito, con el propósito de generar conceptos nuevos, frescos, originales y dinámicos en materia de comunicación humana y, en materia de redacción virtual. Me propongo en este post revisar el oficio de escritor tradicional, para reconceptualizarlo bajo el enfoque de escritor navegante, porque para evaluar nuestra energía verbal desplegada en nuestras respuestas, debemos evaluar la energía literaria de lo que leemos, o escribimos.

Es que nunca el oficio de ser "escritor", había requerido de tanta habilidad como en la época actual. Y la razón: la red internet, la cual es usada por público de cualquier edad. Es que desde entretenimiento hasta investigación, se hacen por consultas a páginas web o blogs. Hay casos de usuarios que consultan sus síntomas de dolencias, y se automedican, y hasta personas que pretenden ellos mismos reparar sus vehículos, con indicaciones de consultas a internet, no siendo ellos precisamente mecánicos de oficio.
El auge de la internet, añade otro factor al oficio del escritor: un mayor público lector, de diferentes nacionalidades y culturas. Esto convierte entonces al escritor de internet, casi que en un artista literario, porque ya no es suficiente con que tenga el requerido y adecuado conocimiento experto para concretar el cometido de transmitir un texto, sino que además debe "fascinar" a través del mismo: es decir, debe reunir cualidades expositivas capaces de atraer al público, y de generarle la necesidad de hacerse asiduo visitante de la página que consulta. Es que la página web es la nueva mercancía del capitalismo actual, y el escritor es su mercader. Voy aclarando: el escritor es un navegante, porque es el nuevo explorador. "El escritor de internet, es lo que yo llamo UN ESCRITOR NAVEGANTE": porque así como los navegantes europeos del siglo XV llevaron al descubrimiento de nuevos mundos, en la actualidad el escritor es el navegante literario que también lleva a descubrir los nuevos mundos que ofrece la sociedad cargada de consumismo tecnológico.
Es que cuando escribo en internet, soy un escritor navegante. Cuando leo articulos de internet, leo a escritores navegantes, soy en ese caso un lector navegante o navegador. Debo evaluar lo que escibo, como lo que leo, en la internet.
Lo anterior conduce a evaluar lo primigenio: ¿Por qué se escribe?. Al escribir se transmite en un texto la intención de comunicar algo. La intención puede ser: enseñar, informar, incluso desahogo (que se lee en muchos blogs personales). Por otra parte, lo que se comunica es una noticia, un poema, una canción, etc. Lo determinante es el CÓMO, es decir, el complemento audiovisual del texto desde una imagen hasta un video, y los enganches que ofrezca en la página web o blog (sudokus, crucigramas, reflexiones diarias, etc).
Si bien el texto va cargado con la subjetividad del escritor, se debe partir del hecho de que el resultado, que debe ser la aceptación del mismo, va a ser evaluado por un usuario màs exigente, quien tiene valores, expectativas y necesidades, con los que debe el escritor tratar de buscar alguna conexiòn. Acá entra en juego el genio literario, con el cual el escritor atrae al usuario a la realidad que le interesa dibujar en sus escritos; y no menos despreciable es la mercadotecnia aplicada al texto: en la publicidad ofrecida en la página. Incluso, hay que evaluar el esmero en la escogencia de títulos y esbozos que logran vender al escritor, como la escogencia de entretenimientos anexos a la página, todo esto, para lograr cautivar al usuario.
Muchos lectores son usuarios de la internet, por encima incluso de la lectura del libro tradicional, ya que prefieren bajar los libros a su computador o celular, para leerlo con más comodidad: he aquí el hecho que dibuja el alcance de la internet en la sociedad consumista. La reflexión es: el escritor de internet debe tener características muy particulares, donde destaca además del conocimiento experto del tema, el conocer las preferencias de lectura del usuario (obtenidas en consultas en páginas buscadoras) para así capturar su interés con un texto presentado con escritura breve, amena, gráfica, incluso formal, y hasta jocosa: ¡demasiado verdad!. Muchos pueden escribir en internet, pero no todos gozan del seguimiento del usuario, por eso hay que investigar mucho sobre el tema que se desarrolla, y sobre todo, no dejar de ser creativo e innovador. Estas reflexiones buscan dibujar el escenario real donde se desenvuelve todo escritor navegante, situaciòn que debe asumir primero con informaciones como las de este post, y luego con mucha preparaciòn, quizàs mayor que la requerida en otras èpocas.
Seamos claros y concretos: si vas a colocar un artículo en internet, sin tomar la previsión de que muchos más factores multiculturales lo van a afectar, entonces, ¡pasarás desapercibido!. Tu verbo literario debe ajustarse a un gusto literario que espera además de información, cierto nivel de entretenimiento y relax, que es lo que todos buscamos al vincularnos con nuestra laptop o computador.
Cuando Rómulo Gallegos escribió su magistral obra DOÑA BARBARA, estaba enfocando su verbo literario a un público cautivo, homogéneo culturalmente, como es el público venezolano. Pero hoy día,ya no le resultaría tan fácil a Gallegos escribir su obra, porque tiene que navegar en el universo literario de un público multicultural: eso lo convierte en escritor navegante, porque tiene que construir sus personajes y ambientación, tratando de adivinar muchas preferencias de lectura de los posibles usuarios. Es que aùn cuando no fuera la intenciòn de Gallegos escribir para internet, su obra no podrìa evitar que apareciera en la red, una vez publicada. No pongo en discusión el genio de Gallegos, pero con él pasaría lo mismo que con Napoleón si tiene que enfrentar a una moderna división de tanques: créanme que con sus conocimientos de caballería, y su innegable genio militar, nada podría hacer: es un simple fenómeno de cambio de paradigma.


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